Hoy volví a quedar con Francesco, esta vez fuimos a Villa Pamphili, el parque más grande de Roma, un parque muy bonito, con una villa con laberintos de setos, una pequeña capilla, que fué construida para una familia nobiliaria romana en el 1600, según me ha explicado él, 3 lagos artificiales, con Cigni (Cisnes), Papere (Patos) y Ocas, junto a uno de estos hemos parado en un banco, donde he sacado el zumo, la tarta de cerezas y la torrija que llevaba en la mochila, detalle que a él le ha encantado, cosa que no ha sucedido al probar la torrija, que no le ha hecho mucho tilín.
Tras pasar unos dulces momentos tirados bajo el cielo, cuando el sol cayo ocultadose trás los árboles, nos encaminamos de vuelta al coche, de camino charlabamos, y yo le quise demostrar lo bien que doy volteretas, sin reparar que los pantalones que llevaba puestos no eran los más idoneos, así que al hacerla los escuché desquebrajarse, dejando un hueco en mis pantalones por el que podrían caber 4 manos. Hemos vuelto al coche hablando de música, de canciones traducidas al español o al italiano, de que no conoce "more than words" de Extreme, y me ha puesto una canción
que hemos escuchado en el trayecto que faltaba hasta llegar al coche, Jai Ho (Pussycat Dolls)
Una vez hemos vuelto a la boca de metro de Ottaviano, donde me habia recogido con el coche, nos besamos de nuevo, apasionadamente como si nos costara despegarnos. Hasta que finalmente salí del coche y volví a casa.
Pare a merendar un trozo de pizza, y luego al volver a casa me cambie los pantalones rotos y me fui con Laura y Bego, a cenar a un restaurate chino en Largo Argentina, con buena comida, aunque mas caro y con menos cantidad que al que estamos acostumbrados a ir. Después regresamos a casa, de camino a la cual, en nuestra plaza, Re di Roma, me comí un maravilloso helado de Mango, Melón y Frutas del Bosque.
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