sábado, 25 de febrero de 2012

Metamorfosis

Insufribles larvas devoran sus adentros, una a una se fueron colando por las brechas, en apariencia superficiales y efímeras, hasta que alcanzaron las entrañas de su ser. Cuando quiso darse cuenta, las lagrimas de arena de su reloj ya habían llorado la inmensidad de sus granos…moría, se pudría por dentro…


Aunque intentó aplastarlas con sus manos solo logró desgarrar su esperanza, pese a intentar envenenarlas solo consiguió que con cada gota se ennegreciera su sangre y tintara de noche los días de su inocencia. Su corazón son hoy ya finos hilos del alma que apenas sí logran mantenerlo erguido, péndulos de las sombras que su blanca pureza dejó atrás.

Anhela con ansia la metamorfosis que lleve su vida al exhalo del ardiente y final aliento, cuando abran su pecho para escapar las miles de hermosas mariposas que tornaron la pena que las alimentó, en la más pura belleza y se reencuentre así en el viento con la que siempre fue su superior naturaleza.

Sueña que el dolor no equivalga a su muerte, sino al nido del que parte su esencia y sus heridas no sean más que las pupas que den paso al misticismo de su más elevado imago.

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