viernes, 11 de junio de 2010

El jardín de Cristal


Eráse una vez un hombre amable y gentil que vivía en una casa que daba a un gran jardín muy hermoso. Se dedicaba a crear figuras de cristal y eligió esta profesión porque se sentía identificado con ese material, le parecía hermosa esa transparencia y la forma en que dejaba que la luz le atravesara.

Un día el hombre se enamoró de alguién y tanto era su deseo de dar que decidió conocer cada detalle de esa persona, descubrió que le gustaban los tulipanes porque le recordaban a su infancia, que adoraba los animales y creia en las hadas, así que decidió crear en su jardín un regalo para su amor y empezó a trabajar en su obra. Al poco tiempo el jardín estuvo lleno de tulipanes de cristal, situados estrategicamente para que al atardecer, los tonos rojizos y anaranjados del sol los dotasen de vida, caballos y cisnes de cristal y pequeñas hadas colgaban de los arboles de modo que los rayos de la luna sobre ellas las hacian resplandecer de una forma mágica.

Cuando la persona para la que aquella obra de arte había sido creada puedo al fín divisarla, le pareció muy hermosa, pero debido a su egoismo no entendió su sentido...y al poco tiempo pensó que por tanto cristal obtendría un buen dinero, así que destrozó absolutamente todo para intentar venderlo.

El hombre se sintió muy triste, pero no permitió que eso le desanimara, simplemente tuve mala suerte se dijo, así que se dispuso a recoger los restos de cristal, mientras realizaba esto, noto como un pequeño trocito hacia una pequeña brecha en su corazón, pero el confió en que sanaría y no tendría importancia.

Al tiempo apareció otra persona, de una buena familia, descubrió que adoraba el cricket y tomar el té y como le gustaban las fuentes. El hombre le prometió un regalo, para él muy hermoso, fundió todo el cristal que habiá quedado y construyó con el un centenar de fuentes distintas por todo el jardín, de todo tipo, tamaño y forma, grandes, pequeñas, con forma de querubines, de grifo, ángeles...entre las cuales había pequeños arcos de vidrio para jugar al criket y a la sombra de un arbol una impresionante mesita con dos sillas, con tazas y teteras de cristal. Sin embargo la persona en cuestión se sintió muy decepcionada, penso que ¿cómo alguien que puede tener eso en oro, podría conformarse con simple cristal?, era tal su indignación que destrozó absolutamente todo el jardín.

El hombre nuevamente noto como un pequeño trozo de cristal abria otra brecha en su corazón, al recoger los cristales de un amor fracasado. Pero su ánimo estaba lejos de venirse a menos y siguió creando.

Con el tiempo un nuevo amor apareció en su vida, una persona profunda como el mar al que se sentía arraigada y que tanto echaba de menos, siempre le hablaba al hombre de cuando era niño y jugaba entre las olas, y buceaba entre los arrecifes de coral...así que el hombre creó un oceano, un inmeso arrecife "cristalino" en su jardín, lleno de peces, conchas y caracolas, para que la persona amada siempre pudiera recordar su hogar. Pero para esa persona, un mar de cristal nunca sería tan hermoso como el mar de verdad, así que partió de nuevo a su tierra, dejando al pobre hombre abatido nuevamente y buceando entre afilados cristales.

Esta vez notó como un cristal se incrustaba en su pecho, pero el siempre se dijo que pasara lo que pasara nunca perdería la esperanza de amar y ser amado.

Así pasaron los años, intentando crear en cristal los sueños de las personas que aparecián en su vida y una vez tras otra estos acababan destrozados, hechos añicos, pedazos cada vez más pequeños, más difíciles de recoger, por lo que poco a poco cada vez que el hombre creaba un nuevo jardín de sueños para otra persona, le costaba más, ya que los pequeños cristales que quedaban allí le dañaban sus pies descalzos, sus suaves manos.

Hasta que llegó a un momento en que su corazón sangraba ya demasiado, y su cuerpo estaba dolorido, tanto que empezó a creer que realmente, nadie nunca se dió cuenta ni seguramente lo harían, de que las figuras de cristal solo eran los bocetos, de todos los sueños que quería ayudar a cumpliar a la gente que amó.

Siempre penso que su corazón era como el cristal, pero ahora que habia tantos pedazos de el en su corazón, que casi verdaderamente lo era, se dió cuenta de que faltaba algo, calor.

Y el hombre...tuvo miedo, de no volver a amar nunca más, tuvo miedo a construir nuevos sueños para la gente, empezó a dudar del sentido de hacerlo, cuando...lo más hermoso que podía dar y que sabía hacer, nunca fué bastante hermoso para nadie...

Desde entonces sueña con que algún dia alguien se pare a curar las heridas y le enseñe a construir un jardín de sueños reales, construidos con verdad y no con cristal...alguién que nunca más deje una estela de vidrio en su corazón.

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