domingo, 4 de abril de 2010

Rebrotando


Hace unos años, me despedí en este mismo blog de mi media naranja. Ciertamente en este tiempo he aprendido mucho, no apareció, pero a día de hoy me siento con fuerzas para reconciliarme con ella.

En este tiempo he peleado contra mí mismo, y ahora puedo decir que me encuentro sereno, calmo, me siento de nuevo consciente y lleno de nuevas ilusiones.

He aprendido a valerme por mi mismo y a no necesitar a otra persona, y creo que ese es paso fundamental para poder compartir tu vida con alguien, no necesitarla. Como siempre he dicho, el amor es compartir, y cuando buscas algo más allá, aunque sea inscoscientemente, estamos siendo egoístas. Si necesitas es porque tu vida no estaría tan llena sin ella.

Ciertamente, si tienes alguien a tu lado un dia y al siguiente no, se echa en falta, pero esta felicidad que nos aporta la vida a los que sabemos valorarla, nos permite una recuperación mucho más rápida.

Hoy miro al horizonte y me atrevo mantener la mirada fija en mi ser. Estoy preparado para tu llegada, porque vislumbro algo, aún lejano, más por distancia que por tiempo, pero estoy dispuesto a caminar hacia ese futuro, respirando profundamente, sonriendo, y disfrutando de todo el paisaje, de todo lo que he de conocer, y con la alegría de saber que encontraré algo bueno. Se que en mi nuevo destino me aguarda algo hermoso y me dispongo a caminar disfrutando de cada paso.

Un día me despedí de tí, porque necesitaba, no necesitarte. Hoy me abro de nuevo a tu llegada tras este largo y frío invierno, porque hoy no te necesito, porque el amor brota en mi, hacia todo, sin necesidad de alguien que lo riegue, por eso, me abro de nuevo a tí, porque cuando llegués no encontrarás un desierto esperandote para florecer, encontrarás un hermoso y frondoso bosque que estará encantado de cobijarte.