Entonces me percate de que solo miraba hacia fuera, pero el interior estaba lleno de luz, lleno de cosas bellas, de hermosos y variados desconocidos que hablaban, reian, miraban un libro de química o simplemente perdian su mirada en el horizonte del asiento delantero, pero todos ellos en el mismo vagón con destino a sus vidas.
Entendí entonces que en esos momentos dificiles, es cuando más cobra sentido el haber querido ser mejor de lo que eras y el haber caminado firme sobre tus principios, porque ese pequeño sol que ha nacido en tí, será el que mantenga la esperanza de volver a ver antes o después la luz del andén al final del trayecto.
Baje aún nervioso, deje que ese sentimiento estuviera dentro de mí y luego, tome el control. Pero hoy no estuve solo. Hoy escuche todas las voces sonando en mi cabeza y sentí que mis pies volvian a ser mios. No titubee, andé firme y atravese la puerta. Había salido.
La musica guió mis pasos y mis emociones, mi sonrisa dibujaba colores entre las luces navideñas del centro y goze de la paz de una batalla ganada. Al parecer, la bala había alcanzado su objetivo, seguramente este enrrabietado, y se que la guerra será larga, pero hoy al menos me atreví a enfrentarme a él, y hoy estoy más cerca de la victoria.
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